Vidas Pasadas VIII
VIII
Carmen estaba frustrada su pequeña estaba tomando un camino que ella no estaba dispuesta a seguir, se cuestionaba sus propios pensamientos, siempre fue de mente abierta pero nunca pensó que a ella le sucediera algo parecido, claro siempre fue educada muy conservadoramente y ella trato de inculcarle eso a su hija pero ella, su hija siempre fue diferente algo que Carmen siempre le fascinó pero ahora todo se le estaba saliendo de las manos, su pequeña quería ese tipo de vida, y su esposo no quería apoyarla, ¿Tendría entonces que asimilar el asunto? No resuelta se dijo haría lo imposible para que su hija buscara un hombre decente con quien compartir, ese podría ser Javier, estaba segura que era buen muchacho, mañana vendría a almorzar, pero debía afrontar que su hija traería a su novia solo con pensar eso se incomodaba.
Carmen en sus pensamientos
no se di cuenta que su esposo, la rodeo con sus brazos, posando sus manos en su
vientre, el hombre besándola en el cuello le dijo:
— ¿Amor que piensas? —
Carmen solo pudo aspirar el siempre delicioso aroma del para responderle con
aprensión:
— En Annabel, no puedo
ver en qué fue lo que fallamos, siempre la hemos educado bien, como nos sale
con que le enamoro de una mujer, ella debe comportarse correctamente y tu
apoyándola, ¿Por qué? — Pregunta.
Andrés sentándose
junto a ella le responde.
— Pero que es lo malo
mi vida, tal vez como tu dijiste solo es una experiencia que quiere tener; pero
sé que no a ella le gustan las chicas, si me preguntas ¿por qué? te diré que es
por lo que me gustas tú a mí, no podemos presionarla para que haga lo que no
quiere, siempre ha sido buena hija, excelente estudiante, me extraña tu actitud
con esto siempre has liberal en ese sentido…—
Carmen la tapa la boca con los dedos diciéndole:
— Sí y eso mismo me lo
cuestiono, me incomoda de solo pensar que besa a otra mujer, se me hace tan
anti natura que no sé— Dijo la mujer.
Andrés ya estaba
¿decepcionado? De su mujer. Fue contundente cuando le declaro:
— Carmen, debes
respetar a tu hija como ella lo hace contigo, no es conveniente que interfieras
déjala vivir y si siempre le gustaran las chicas deja que viva, recuerda que no
nos dijo lo del profesor que le gustaba. Ella es diferente. Ahora tú tienes que
afrontar tu error de traer a ese chico mañana, no inventes culebrones con él,
me consta que siempre ha apreciado a nuestra pequeña, pero debe aprender que
ella es diferente. —
— Está bien cielo,
pero necesito de ti hoy dijo Carmen. — La mujer estaba estresada necesitaba una
vía de escape, echando se sobre su esposo y desnudándose le hizo el amor,
Carmen siempre lo deseaba con locura y esta vez lo exprimiría, su hombre
siempre la había complacido, esta vez estuvo mejor.
Andrés es un buen amante,
aunque aún con su hija en el pensamiento su marido la llevo a los gozos
carnales increíblemente…
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